LAS EPISTEMOLOGÍAS DEL SUR/
Boaventura de Sousa Santos
Catedrático emérito de Sociología y director del Centro
para Estudios Sociales, Universidade de Coimbra (Portugal).
Distinguished Legal Scholar, University of Wisconsin-Madison
y Global Legal Scholar, University of Warwick
El tema que voy a abordar en esta introducción se llama Epistemologías
del Sur. En primer lugar, empezaré con un resumen de las ideas principales
de este concepto y de cómo las vengo desarrollando desde
hace por lo menos una década. En segundo lugar, propongo un diálogo con
otras tradiciones críticas, en este caso, con la tradición crítica de la Escuela
de Frankfurt. Precisamente hace poco leí una entrevista a Axel Honneth,
considerado como una de las figuras más importantes de la llamada tercera
generación de la Escuela de Frankfurt, que representa bien lo que es esta
corriente de pensamiento. Pero no es esa escuela a la que me dirijo, sino a
la escuela original, bastante más compleja en mi opinión. En todo caso, mi
intención es establecer un diálogo, aunque sea en la distancia.
El contexto
Para poder tener una idea del porqué de las Epistemologías del Sur, previamente
es necesario situar el contexto en el que nos encontramos. En
primer lugar, una cosa que llama la atención del contexto sociopolítico
de nuestro tiempo es que no es fácil definirlo, porque depende mucho
de la posición que uno tenga dentro del sistema mundial: vivir en Europa
o en Norteamérica no es lo mismo que vivir en la India o en Bangladesh,
son realidades totalmente distintas, con diferentes perspectivas; además,
también existen diferencias entre las posiciones políticas de los individuos,
porque algunos pueden estar más cerca de las clases y grupos
dominantes y otros, por el contrario, de los grupos y clases de los oprimidos.
Y en el análisis de la situación, desde un punto de vista sociopolítico,
la diferencia es total. Si quisiéramos tener una prueba de esto, podríamos
simplemente usar como ejemplo la última edición del informe sobre los
riesgos mundiales del Foro Económico Mundial de Davos2
, y confrontarlo
con los ejes temáticos del Foro Social Mundial (FSM): nos daríamos cuenta
de que no hablan del mismo mundo, tratan de cosas distintas.
Por esta razón, los diagnósticos dependen mucho de la posición polí-
tica que uno tenga y también de la región del mundo en la que uno
viva. ¿Por qué, en este momento, y sobre todo en Europa, lo que más
preocupa en general a los ciudadanos es el hecho de que estemos en
INTRODUCCIÓN: LAS EPISTEMOLOGíAS DEL SUR
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Hoy en día, sobresale
de la agenda de
muchas organizaciones
y movimientos
progresistas la
dificultad de imaginar
el futuro poscapitalista,
al mismo tiempo
que el presente
capitalista se vuelve
más y más salvaje, más
discriminador, más
desigual
3. N. del Ed.: El Foro Social Mundial
de 2011 se realizó los días 6-11 de
febrero en Dakar (Senegal), días después
de esta presentación. Era la
segunda vez que se reunía en África,
ya que que en enero de 2007 lo hizo
en Nairobi (Kenya).
medio una crisis financiera? Se trata de una crisis especulativa del dólar
contra el euro que ha actuado, efectivamente, a través de los hilos
débiles del euro en Grecia, Irlanda, ahora Portugal, quizás mañana en
España. Esta es la crisis que nosotros vemos. Y precisamente las soluciones
a esta crisis están siendo propuestas por aquellos que la causaron.
En este sentido, no existe la esperanza de que desde aquí salga una
solución para los ciudadanos, porque aquéllos, los ricos, son los que se
reunirán en Davos, y es evidente su gran preocupación por buscar una
solución a esta crisis, pero, ¿cuál esta gran preocupación? The growing
world inequality, ¡claro! Porque hay un crecimiento de la desigualdad
en el mundo; pero, si esos señores están tan preocupados, ¿por qué no
financian ellos mismos las soluciones? No lo hacen porque el problema
es otro. Las desigualdades crean un problema de governance, esa palabra
trampa que tenemos hoy en el léxico de las ciencias sociales. Para el
Foro Económico Mundial sus preocupaciones pasan por palabras como
governance, estabilidad, gobernabilidad, estados débiles, tráfico, terrorismo,
etc., las cuales no pueden ser más distintas que las que pasan
por el Foro Social Mundial. Este último se preocupa, obviamente, por las
injusticias en general, pero también, y sobre todo en África, por cuestiones
concretas como el problema medioambiental, los campesinos, las
mujeres, etc., pero además añade a ellas una gran inquietud por traer a
la discusión "conocimientos-otros", esto es, no solamente los conocimientos
occidentales.
Precisamente en África, la región del mundo que pasó el periodo más
duro del colonialismo, es donde se reunirá el Foro Social Mundial3
para iniciar –tampoco exactamente iniciar, porque los africanos ya lo
están haciendo–, y dar voz a otros conocimientos ancestrales, otras
costumbres, raíces, maneras de gobernar, otras formas de democracia,
de interculturalidad, de etnia, de nacionalidad, etc. Desde este foro
también estamos muy preocupados por la crisis financiera y las desigualdades
–siempre lo hemos estado–, pero la gran preocupación ha sido y
es ahora, en concreto, el desgobierno que existe, la desregulación de
los capitales financieros que, de hecho, han creado esta situación. En
efecto, estamos en un contexto sociopolítico muy preocupante, y para
los movimientos sociales, aquellos que luchan por una sociedad y un
mundo mejores, el problema se plantea de la siguiente manera: "tan
difícil es imaginar el fin del capitalismo como difícil es también imaginar
que este no tendrá fin". Realmente, hoy en día, sobresale de la agenda
de muchas organizaciones y movimientos progresistas la dificultad de
imaginar el futuro poscapitalista, al mismo tiempo que el presente capitalista
se vuelve más y más salvaje, más discriminador, más desigual. En
Europa estamos viviendo, en algunos aspectos, el temor a volver al siglo
XIX: trabajo sin derechos, inestabilidad, un Estado social sin bienestar
que no interviene en la redistribución de la riqueza, etc. Esta situación
es muy difícil de imaginar, pero en Europa siempre ha sido difícil imaginarse
eso, sobre todo después del fracaso de la revolución alemana
de 1921. Después de esta fecha ha sido imposible imaginar el fin del
capitalismo.
La socialdemocracia, el keynesianismo, el Estado de bienestar son formas
de evitar imaginar un futuro poscapitalista; son formas de intentar
ofrecer una solución dentro del capitalismo. Los otros pueblos, fuera
de Europa, se han quedado más con la preocupación o la idea de que
el capitalismo tiene que tener un fin, como siempre, todo en la historia
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Boaventura de Sousa SantoS
Las crisis se
profundizan y no
existen grandes
alternativas. Si estas
se formulan, lo hacen
más por la vía negativa
que por la vía positiva.
Tenemos claro lo que
rehusamos: la injusticia,
la discriminación,
la humillación, la
indignidad, etc.,
dependiendo de
los diferentes
movimientos. Pero,
¿cuál es la alternativa?
4. N. del Ed.: El 3er Foro Social Mundial
se celebró en Porto Alegre en enero
de 2003.
tiene un fin. En este sentido, ¿cómo podemos imaginar ese fin? Quizá
sea peor de lo que tenemos ahora, y eso crea temor: ¿Cómo se puede
garantizar que sea mejor? ¿Socialismo o barbarie, como decía Rosa
Luxemburgo? Como aún no sabemos nada, las crisis se profundizan, al
mismo tiempo que no existen grandes alternativas. En la actualidad las
alternativas se formulan más por la vía negativa que por la vía positiva.
Tenemos claro lo que rehusamos: la injusticia, la discriminación, la humillación,
la indignidad, etc., dependiendo de los diferentes movimientos.
Pero, ¿cuál es la alternativa? ¿Será el socialismo? Para algunos esa palabra
es una trampa eurocéntrica como tantas otras. Debemos imaginar
otras formas de sociedad para el futuro. Precisamente aquí nos topamos
con algunas situaciones que nos crean un contexto intelectual de ideas
y acciones políticas difíciles. El Foro Social Mundial representa, de algún
modo, la aspiración de una gran alternativa, pero también muestra la
gran dificultad que existe para la formulación de una alternativa concreta,
así como para la organización de los actores implicados. Es una gran
iniciativa, indica que algo es posible, pero aún no sabemos bien el cómo.
Por ello, desde el tercer Foro4
, estamos dedicando varios paneles a discutir
cuál es el futuro del Foro Social Mundial (De Sousa, 2008).
Por su parte, el Foro Económico Mundial de Davos no piensa tanto
como nosotros en estos temas, tiene otras preocupaciones. De hecho,
si miramos este contexto sociopolítico de crisis desde fuera de Europa y
Norteamérica, vemos que para muchos esta crisis es precisamente una
oportunidad. Están emergiendo otros actores. Para los que creen en la
teoría del sistema mundial, en la actualidad hay una crisis de hegemonía
de los Estados Unidos. Los países hegemónicos han sido varios: desde
Portugal a España, pasando por los Países Bajos y el Reino Unido, hasta
llegar a los Estados Unidos. Toda la literatura que se publica actualmente
en Estados Unidos sobre el sistema mundial habla de un declive y colapso
final de esta hegemonía estadounidense, pero nadie sabe lo que va
a pasar después. Antes se había hablado de la emergencia de Japón, y
también de China; ahora se habla más, claro, de China, pero aún no se
concreta nada. A lo mejor durante mucho tiempo tendremos un sistema
mundial sin ningún país hegemónico. Eso puede acarrear problemas
graves en el sistema mundial, pero al mismo tiempo puede generar
oportunidades para países como, por ejemplo, la propia China, que finalmente
vea que se puede beneficiar de la situación, como hicieron en su
momento otros países capitalistas desarrollados cuando controlaban el
capitalismo global. China quiere y puede beneficiarse, finalmente, de las
ventajas del capitalismo global, aun incluso cuando no lo controla. Por su
parte, el resto de países BRIC (Brasil, Rusia, India y China) también están
explorando sus oportunidades.
Asimismo, existen otras oportunidades que se formulan de otra manera;
son oportunidades poscapitalistas: pueden producirse dentro del propio
sistema capitalista; pueden ser oportunidades con vocación poscapitalista
(Venezuela, Bolivia, Ecuador); u oportunidades posoccidentales, como
lo que estamos viendo en el mundo árabe. No sabemos lo que van a ser;
tampoco cuál será finalmente su orientación política, pero está claro que
esta lucha por algo, en algunos lugares poscapitalistas y posoccidentales,
está en la agenda de algunos países. Y la verdad es que, para los que
piensan en posibilidades poscapitalistas, no existe esa alternativa que
había al inicio del siglo XX, es decir, el socialismo. Esa fue la gran alternativa en este momento.
¿Cuál es el punto de partida de las Epistemologías del Sur?
Desde mi punto de vista, las Epistemología del Sur son el reclamo de
nuevos procesos de producción, de valorización de conocimientos válidos,
científicos y no científicos, y de nuevas relaciones entre diferentes
tipos de conocimiento, a partir de las prácticas de las clases y grupos
sociales que han sufrido, de manera sistemática, destrucción, opresión
y discriminación causadas por el capitalismo, el colonialismo y todas las
naturalizaciones de la desigualdad en las que se han desdoblado; el valor
de cambio, la propiedad individual de la tierra, el sacrificio de la madre
tierra, el racismo, al sexismo, el individualismo, lo material por encima de
lo espiritual y todos los demás monocultivos de la mente y de la sociedad
–económicos, políticos y culturales– que intentan bloquear la imaginación
emancipadora y sacrificar las alternativas. En este sentido, son un
conjunto de epistemologías, no una sola, que parte de esta premisa,
y de un Sur que no es geográfico, sino metafórico: el Sur antiimperial.
Es la metáfora del sufrimiento sistemático producido por el capitalismo
y el colonialismo, así como por otras formas que se han apoyado en
ellos como, por ejemplo, el patriarcado. Es también el Sur que existe
en el Norte, lo que antes llamábamos el tercer mundo interior o cuarto
mundo: los grupos oprimidos, marginados, de Europa y Norteamérica.
También existe un Norte global en el Sur; son las elites locales que se
benefician del capitalismo global. Por eso hablamos de un Sur antiimperial.
Es importante que observemos la perspectiva de las Epistemologías
del Sur desde este punto de partida.
Desde la conquista y el comienzo del colonialismo moderno, hay una
forma de injusticia que funda y contamina todas las demás formas de
injusticias que hemos reconocido en la modernidad, ya sean la injusticia
socioeconómica, la sexual o racial, la histórica, la generacional, etc., se
trata de la injusticia cognitiva. No hay peor injusticia que esa, porque es
la injusticia entre conocimientos. Es la idea de que existe un sólo conocimiento
válido, producido como perfecto conocimiento en gran medida
en el Norte global, que llamamos la ciencia moderna. No es que la ciencia
moderna sea en principio errónea. Lo que es errado, o criticado por
las Epistemologías del Sur, es este reclamo de exclusividad de rigor. Des
de nuestro punto de vista este contexto tiene en su base un problema
epistemológico, de conocimiento, y es por ello que es necesario empezar
por las Epistemologías del Sur. Este es el punto de partida.
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